Una de las más grandes
características del enfoque por Competencias es la de tomar en cuenta los
procesos de aprendizajes. Para ello, la evaluación debe orientarse bajo esas
aristas y buscar los instrumentos adecuados para determinar de qué forma
alcanzan los alumnos las competencias requeridas. En esta línea, Arredondo y Diago (2010), señalan tres momentos necesarios
para la evaluación por Competencias: obtener información, establecer juicio de
valor y una toma de decisiones posterior.
Por ello, es necesario
tener múltiples instrumentos de evaluación, que se adecúen a la materia que se
va a evaluar. Algunos son más conocidos que otros, como observación o
entrevista; pero también se pueden agregar algunos más actuales, como el
Portafolio o la Rúbrica.
El reto del docente es
conocerlos todos y saber el momento educativo adecuado en que puede aplicarlos,
ya que esto le proporcionará una amplia referencia e información sobre el
desempeño del estudiante, e incluso de él mismo. Arredondo y Diago (2010) afirman que:
Todos ellos van a proporcionar información relevante al
docente sobre todos y cada uno de sus alumnos, y le van a facilitar un
conocimiento continuo y adecuado de su progreso en su proceso de aprendizaje y
en el grado de adquisición de las competencias. (Arredondo y
Diago 2010, p.326).
Esa información
relevante de los alumnos es la que puede brindar una concepción más amplia del
estudiante, de su proceso, de sus capacidades, elementos y competencias a
evaluar; algo que con instrumentos muy tradicionales, como con un examen, no se
pueden evaluar.
Además,
es necesario tomar en cuenta las competencias básicas y descubrir cuáles son
los instrumentos que mejor se acoplan para su evaluación, ya que cada uno
determina diversos parámetros. No es lo mismo evaluar contenidos, por medio de
asimilación de conceptos, que evaluar actitudes y valores en aspectos
comportamentales y actitudinales.
Referencia: Arredondo, S. C. & Diago, J. C. (2010). Evaluación educativa de
aprendizajes y competencias. Pearson Educación.
Estoy de acuerdo contigo cuando mencionas que se hace necesario seleccionar diferentes técnicas y aplicar distintos instrumentos, atendiendo a las características de cada alumno, a sus capacidades y posibilidades, y a los elementos de las competencias que queramos evaluar. No se debe pretender que todos los estudiantes pueden ser evaluados de una misma y única forma sin tomar en cuenta las características propias de cada alumno, aun y cuando estén desarrollando un mismo curso. Esto es así si pretendemos evaluar tomando en cuenta el enfoque por competencias.
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ResponderEliminarEn verdad , el proceso de evaluación desde el enfoque formativo es un giro prometedor para la mejora de los aprendizajes de los estudiantes, puede pensarse que es muy trabajosa, que hay que conocer técnicas, saber que instrumentos son adecuados para esas técnicas y que hacer con la información recabada, que no sea reprobar, aplazar. Y cuando en este país no se cuenta con sistema de evaluación al desempeño, cuando pienso que muchos docentes se han acostumbrado a una única manera de evaluar, veo lo largo que esta el camino. Qué piensas tú? ves alguna posibilidad de cambio?
ResponderEliminarEstimada Katia, su interpretación de la lectura deja ver su reflexión sobre lo necesario que es lograr un evaluación integral que vaya más allá de la mera valoración del dominio de contenidos. Concuerdo con usted plenamente.
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